lunes, 5 de enero de 2009

¿LA ARGENTINA ES LA ATLÁNTIDA?


Una mirada al conflicto del gobierno con el campo


La Argentina se desangra entre retenciones confiscatorias, reclamos "legítimos" e irreductibles de los dirigentes de campo, vías inconstitucionales de ambos sectores, puja de intereses sectoriales, cortes de ruta, combustibles que no llegan mientras los ciudadanos que están por debajo del índice de indigencia y de pobreza, miran con tristeza la injusticia de la leche derramada. Las corporaciones miran al Mismo y se olvidan del Otro, el poder no se hace responsable del eterno sufrimiento de los hombres y mujeres del pueblo. Los tractores fuera de su topos, parecen enormes monstruos, la gente sufre a la intemperie, la gendarmería vigila como legítima fuerza de su señoría ¿Es la Hubris de los políticos? (desmesura de poder del mandatario que gobierna como un Dios)
¿Es la avaricia de los que mas tienen? ¿Dónde quedó la esperanza?
AUTOR:Marcelo Ocampo


Tierra, género, clases

La tierra gleba, o cultivada, bajo el dominio de la diosa del cereal, que define a los hombres como comedores de pan y la tierra greda, arenosa artificial con la cual fue modelada la mujer llamada Pandora, que retuvo la esperanza en el cofre, pero que inicia la reproducción sexuada de los hombres y la imagen de la mujer como artificio o como imitadora de la tierra.
Sea de la gleba o de la greda, el hombre proviene de la tierra, es lo que se llama el grado 0 del mito. De allí el concepto de autóctono, de suelo en sentido de patria. Tomemos la ciudad de Atenas como ejemplo: un territorio con tres lugares elevados: la Acrópolis o centro de poder político y religioso, el Agora o Plaza pública y el Cerámico o cementerio, es decir el lugar urbano y por fuera el ámbito rural, el campo cultivado, la ganadería y en ambos el trabajo de los hombres unidos por aquel suelo, y por los tres lugares elevados, que modernamente son cuatro, porque la religión, en tiempos seculares, está por fuera de la política.
También hay diferencias en las clases o en la manera de ejercer los derechos ya que los metecos de entonces son los residentes extranjeros de hoy, las mujeres en la ciudad de los hombres, no ejercían sus derechos como lo hacen hoy y los esclavos, se dice por convención que ya no existen.
Entonces los hijos de la tierra, los autóctonos, los que llegaron de los barcos, los que están en el campo, los que están en la ciudad, las mujeres y los hombres, son iguales en derechos y deberes según la Constitución Nacional y el Pacto de San José de Costa Rica con su plexo de derechos humanos. Esto es importante cuando algún sector se arroga para sí la raigambre argentina.


El mito de la Atlántida

Las primeras referencias a la Atlántida, aparecen en los textos del filósofo griego Platón, según el cuál, la gran isla, mayor que la Libia y el Asia unidas, fue sumergida bajo el océano como consecuencia de un terremoto. En dos de sus diálogos, el Timeo y el Critias, Platón hace referencia a un gran imperio donde sus reyes gobernaban con sabiduría y de acuerdo con la Physis o divinidad de la naturaleza, logrando así un próspero y justo imperio donde la gente vivía feliz, con el mutuo afecto unido a la virtud.
Pero el afán excesivo de estos bienes y la estima que se tiene de ellos hacen perder esos mismos bienes, y la virtud desaparece como consecuencia de la disminución del principio divino y el aumento de la codicia del hombre quienes incapaces de mantener su prosperidad y su moralidad, cayeron en la indecencia y fueron castigados ejemplarmente por Zeus.
De un lado el gobierno elegido por el pueblo y del otro los dirigentes del campo, sector afectado por las retenciones, no ven u ocultan el origen de la tragedia: la Constitución prohíbe taxativamente al gobierno dictar decretos de necesidad y urgencia y mucho menos en materia tributaria (Art. 99 y 76), en la Acrópolis actual, solo el Congreso es la institución idónea para hacerlo. Del mismo modo, un sector, en este caso los dirigentes del campo, tampoco pueden arrogarse derechos en materia tributaria fijando las retenciones que les parecen justas. Desde el punto de vista jurídico y de ética sustantiva y procedimental, ambas posturas serían inconsistentes e ilegítimas. EL símbolo griego del poder a través de las mitades que se juntan, parece cerrarse entre ambos oponentes, desplazando la verdad y la justicia. El símbolo griego es un instrumento de poder, que permite a alguien que guarda un secreto poder romper en dos partes un objeto guardar una de ellas y confiar la otra a alguien que debe llevar el mensaje o dar prueba de su autenticidad. La coincidencia o ajuste de estas dos mitades permitirá reconocer la autenticidad del mensaje, esto es, la continuidad del poder que se ejerce.
Frente a esta situación, la pregunta a formular es:
¿La Argentina, puede tener el mismo destino que la Atlántida?


CONCLUSIÓN:

Es posible que la Atlántida sea un mito alegórico de Platón, acerca de un imperio que se encuentra por fuera del espacio y del tiempo. La intención del filósofo era tal vez advertir a sus conciudadanos que de seguir la política del dinero, la corrupción y la injusticia, igual que los habitantes de la Atlántida que luego de un pasado digno y justo, habían sucumbido a la riqueza y habían abandonado la virtud, el destino sería el mismo para la gran ciudad de Atenas.
En la Argentina de hoy, con los intereses sectoriales, con la hubris o desmesura de poder de los políticos, con los tractores que lanzan fuego por sus bocas, con personas concretas de carne y de alma, que sufren la pobreza, con los alimentos que no llegan, con el olvido de los cuerpos de la indigencia, con la resurrección de los cuerpos modelados y mostrados en los medios, con el poder de los soberanos brillando sobre la cresta del gallo, se pierde la cordura, se cae en desmesura y la sombra de la Atlántida se yergue sobre la Argentina.
Una vez mas hay escuchar la voz de aquel filósofo para conciliar los intereses de todos con políticas públicas basadas en la ética de la responsabilidad para lograr una sociedad mas justa.

Marcelo Ocampo


Bibliografía:

Loraux N. Nacido de la Tierra, mito y política en Atenas. El cuenco de Plata.

Detienne M. Cómo ser Autóctono. Fondo de Cultura Económica.

Platón. Diálogos. Ion-Timeo-Gorgias-Critias. Ediciones Libertador.

Michel Foucault La verdad y las formas jurídicas.

Aclaración:

Este artículo fue escrito antes de la aprobación por el parlamento del sistema de impuestos móviles a las exportaciones de granos.
La polémica sobre las retenciones es fuerte y esto se puede observar en la reñida aprobación de la normativa con 129 votos favorables frente a 122 en contra y dos abstenciones, en la Cámara de Diputados.
Finalmente, la “125” no fue aprobada por el Senado de la Nación.
Sobre el asunto, la revista Semanario Parlamentario, en su publicación Nº 934, el viernes 11 de julio, afirmó que la votación, en primera instancia, fue un "empate técnico",inclinando la balanza en contra, el vicepresidente de la nación con el eufemístico: ” mi voto no es positivo”.
La decisión en el recinto muestra el nivel de incertidumbre de las leyes en el medio de un escenario pintoresco pero no inocente de las carpas frente al Congreso y de la difusión mediática como fuerte presión sobre la conciencia de los legisladores.
En esta democracia moderna, considerada como gobierno de la multitud por Platón, desde entonces, ha sufrido cambios propios de otra realidad histórica y social, pero que sigue siendo herencia de la Antigua Grecia, como supo ver el gran poeta alemán Hölderlin al definir la condición propia de occidente: “somos frutos tardíos del Jardín de las Hespérides”.

MARCELO OCAMPO

ENTRADA RELACIONADA:

MITO DE LA ATLÁNTIDA


No hay comentarios:

Publicar un comentario