jueves, 16 de junio de 2011

LA DIÁSPORA DE LA TRAGEDIA Y DE LA ÉTICA

La Lista de Schindler.
(Imagen de la pelicula de Steven Spielberg)

Estas reflexiones surgen como una necesidad de contar las emociones que sacudieron mi alma luego de escuchar el  relato  de los sobrevivientes de los campos de concentración alemanes, en la reunión del jueves 9 de junio, como una Iniciativa de la Asociación Bio&Sur de Bioética y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación
Llamada: LOS EXPERIMENTOS MÉDICOS NAZIS Y EL CÓDIGO DE NUREMBERG
Memoria y prospectiva en bioética y derechos humanos para las investigaciones
 Invitados:
 Sara Rus, sobreviviente de los campos de concentración de Auschwitz y Mauthausen, Madre de Plaza de Mayo (Línea Fundadora).

Pedro Boschan, médico y psicoanalista, Profesor de Salud Mental de la Facultad de Medicina (UBA). Miembro de “Generaciones de la Shoá en Argentina”

Salomón Feldberg, sobreviviente de los campos de concentración de Auschwitz y Sachsenhausen, víctima de los experimentos sobre hepatitis.

El legado trágico de Grecia

El laberinto, la gran ilusión, puede ser una  manera de morir si no se encuentra la salida o también el centro, que es el Minotauro.
La justificación de matar al ser mitad hombre y mitad toro,  puede ser un rito de iniciación, un conocimiento a través de la mirada de aquello que no queremos ver dentro de nosotros o simplemente el odio que siente la joven Ariadna por su medio hermano diferente.
Otros dicen que el minotauro era caníbal, cada nueve años se comía a siete mujeres y hombres de Atenas, por eso Teseo, el valiente muchacho de pura  raigambre ateniense, viene a Creta a matar al monstruo, una singular manera de hacer justicia por la patria matando al diferente, usando la razón estratégica llamada el hilo de Ariadna.
¿Será el mismo hilo el instrumento de la muerte por ahorcamiento de Ariadna?
En Esparta, la ciudad sin murallas, los espartanos arrojaban desde el Monte Taigeto a los recién nacidos con defectos físicos, no como rito de iniciación sino por una razón estratégica e instrumental: no servían para la guerra.
La mirada en la diferencia los excluía de la pertenencia a la especie humana.
La sangre en el monte, la sangre en las 7 puertas de  Tebas,  la sangre en la guerra de Troya, la sangre del sacrificio de Ifigenia muerta a manos de su padre Agamenón por una pueril razón de estado, la sangre coagulada en el cuello de Antígona, que obedeció a las leyes no escritas, de la familia, (el derecho de las sombras de Hegel), toda esta sangre llegó, por el cauce del hespérico río Rin, hasta el siglo XX y sumó mas caudal de sangre hasta desbordar Europa dos veces con las dos guerras mundiales.
Auschwitz, fue otro laberinto, el de la intolerancia y la xenofobia. 7mandamientos honrarán la deshonra.

La razón, el reyezuelo y el fuego

La marcha marcial de la razón estratégica y  de la razón instrumental, acompasada y esvásticamente sonora, se desplaza por el continente europeo, alguien en un exceso de amor a la patria y de odio hacia el otro, decide la guerra.
En la cuenca de las aguas beligerantes, se hunde la acrópolis y el ágora. Solo el Cerámico devenido cementerio con olor a flores de naftalina, quedaba de aquella arquitectura apolínea.
Los generales estudiaron la estrategia de Epaminondas y de Temístocles para la victoria.       La otredad se ahogó en la cuenca de la tragedia, ya no quedaba espacio para cuentos ni poesía, el paraíso se había cerrado.
El caballo alado Pegaso, dejó de ser la inspiración de los poetas y solo se nombraba como el instrumento con el cuál Belerofonte logró matar a la quimera.
En las escuelas solo se podía entonar marchar militaras e himnos bélicos, que ensalcen los valores de la patria, el amor a la patria, la  muerte por la patria.  
Estaba prohibido leer cuentos y mucho menos aquellos que tenían una alegoría de solidaridad como la  fábula del reyezuelo quien vuela en busca del fuego; Dios estaba sentado en la colina del diablo y la pequeña avecilla, le pidió el fuego para los hombres. Dios le hizo la siguiente advertencia: -no vueles demasiado aprisa por que podrás quemarte las plumas.
El reyezuelo así lo hizo, pero al estar cerca de las personas, estas aplaudieron la llegada del fuego y el pobre pájaro, aceleró el vuelo y sus plumas ardieron provocando la caída de la avecilla. Las demás aves, conmovidas, le obsequiaron una pluma cada una y desde entonces el reyezuelo es el ave de pintoresco y abigarrado plumaje.
Solo el búho, no le dio su pluma por eso fue condenado a volar de noche y en soledad como la lechuza de Hegel que vuela al atardecer.
Las aves de la filosofía ilustrada, vuelan solas.
EL reyezuelo pudo volver a volar gracias a la cadena de solidaridad de las aves.
Algunas tradiciones dicen que el ave del fuego se transfiguró en Prometeo, el titán benefactor de la humanidad, que roba el fuego para bien de los hombres, así pueden vencer al miedo atávico a la oscuridad, a las fieras, pueden protegerse del frío y cocinar la carne.
Nadie se detuvo a pensar que una razón de estado, iba a ocultar el fuego a los hombres sumiéndolos de nuevo en la oscuridad unánime. Zeus- führer así lo había decretado. 
La pertenencia a la orden divina, de la divina raza aria, borró el nivel ontológico entre el hombre y Dios, la xenofobia generó la intolerancia y los delirios de eugenesia empujaron al genocidio.  
EL pueblo judío inicia así, la segunda diáspora de la tragedia.
La ética de la razón instrumental genera monstruos, que pierden de vista al otro, el mal en su singular opacidad, hostil al logos, es, en definitiva, un estado totalitario, es decir la locura colectiva, que encierra en ghettos a personas inocentes, mujeres niños hombres sometidos a las torturas mas aberrantes, a atroces experimentos “médicos”, a un destino de sufrimiento y de muerte.
El olvido del holocausto es la victoria de los fundamentalistas.
La memoria del holocausto es la victoria de la dignidad humana.

Las concepciones de la bioética en investigación

Juan Carlos Tealdi, nos informa de la saga de atrocidades en nombre de la ciencia, cuando se forma la Liga de Médicos Nacional Socialistas (3.000 en 1933, 38.000 en 1942), que coordinan la política médica nazi.
Rudolf Rahm, el médico eticista líder de los nazis, supervisaba la calidad de la educación médica.
Ferdinand Sauerbruch, venerado como pionero en cirugía torácica, integró el Comité de Revisión de Investigaciones que aprobó los estudios de mellizos por Mengele en Auschwitz.
Mengele experimentó con mellizos en genética y armas biológicas: infectaba a un mellizo y cuando moría mataba al otro para comparar resultados.
Kurt Gutzeit, dirigió los experimentos sobre hepatitis provocada en niños de Auschwitz: su ayudante, Arnold Dohmen, infectó a 11 niños judíos por punciones hepáticas.
El Juicio de Nuremberg contra 23 médicos nazis acusados de crímenes de guerra comenzó el 9 de diciembre de 1946 y concluyó el 19 de agosto de 1947. Siete médicos fueron condenados a muerte.
Y las violaciones a los derechos humanas continúan hasta el 2011.
La bioética universalista es asediada por la bioética regresiva radical, la cual es fomentada desde intereses económicos de las grandes empresas farmacéuticas.
Esta postura, abandona la Declaración de Helsinki en investigación y la reemplaza por las guías de buenas prácticas clínicas, con la dignidad de las personas vulnerada y los intereses de las empresas de los gobiernos y de la sociedad por encima de los intereses de las personas.
La paradoja más aberrante, está en el significado de la palabra  médico deriva del latín medicus y éste a su vez del verbo griego medeo, cuidar a otro, o sea que el médico tiene en su propia razón de ser el cuidar a personas enfermas. Otra palabra clave es Terapéutica del griego therapeutiké y del verbo therapeuo, servir. En la etimología de ambas palabras hallamos el concepto de cuidar por un lado y de servir por el otro. Esta incursión filológica quiere ser un rescate de la vocación médica en el sentido de profesión y sacerdocio, es el arte por amor al hombre, la ética y la técnica de: “curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre”.


EL LEGADO DE VIDA DE LOS INVITADOS

La pregunta de Pedro Boschan

¿Cuál es la causa por la cuál los médicos de la Liga Nacional socialista, se apartan de su mandato ético y obedecen ciegamente a un sistema totalitario, donde la tortura y la muerte ronda en el aire?
Los alumnos de la facultad de medicina, frente a circunstancias donde la razón de estado se vuelve en contra de la moral, ¿harían lo mismo? ¿Por qué? ¿Quienes? ¿Cuántos?
Si uno solo optara por enrolarse en el genocidio, abandonando su interés primario, entonces hoy como ayer, seguiremos debiendo un gallo a Asclepio.
Hoy la nueva cuenca semántica abierta en el posmodernismo con la cúspide de los grandes laboratorios sobornando y comprando voluntades, es un lado de esa cuenca, bajo el signo de Hermes y su caduceo, el dios de los ladrones,  volando este cielo sin resistencia, desde donde cayó la paloma de Kant, sin ofrecer resistencia frente al relativismo moral.
El mal en su radical opacidad, ya no encierra en ghettos, ya no hay barrotes, todo es más sutil, disimulada en la cotidianeidad  y asociada a la felicidad.
La visión del panóptico Bentham ya no es para vigilar y castigar desde dentro de los muros, sino que es hacia el exterior, la realidad es imagen de la imagen fotoshopeada en infinitos pixeles. Ya no hay distancia entre lente y objeto, el punto blanco en la imagen ha desaparecido, la   pixelización moral es el nuevo escenario.
Con el nuevo orden moral, tras la caída del muro ¿es posible un enrolamiento en el horror? Es posible y está ocurriendo en los centros de formación profesional, donde el paradigma biologicista reina sobre el humanista; en algunos  ensayos clínicos, donde el médico prioriza su interés crematístico en conflicto con su interés primario de bienestar de los pacientes.
En el campo semántico de la herencia griega, nos encontramos con ξενός : xenos, que quiere decir extranjero, enemigo y a la vez amistad hospitalidad al extranjero un "oxímoron" en el significado.  (Diccionario Vox griego español)
Si a esa raíz sumamos Φόϐος: Fobos:, que es pánico tenemos instalada la xenofobia: Odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros. (Real Academia Española)
Una tensión semántica como supersigno, que determina, en el camino de la lengua, la llegada hasta Occidente de la xenofobia y por tanto de la intolerancia, como caldo de cultivo para el totalitarismo.

El sueño de Salomón Feldberg

La vara de ciprés de Asclepio (Esculapio), tiene enroscada una serpiente arborícola, cóluber longisimus, de color amarillo, por eso el amarillo es el color de la medicina.
También lo es de la ictericia, otra vez a Grecia por el camino de la lengua, ya que en griego amarillo es : ἴκτερος,.
En los experimentos con hepatitis, los 18 elegidos, entre ellos Salomón, han sufrido el horror, pero el poder curativo del alma, ha quedado demostrado: Asclepio descendió y en un rito de incubación, como terapéutica onírica, logró la curación sin secuelas del joven Salomón.
La ictericia es el símbolo de aquellos virus  inoculados malsanamente,  pero también lo es del poder curativo de la serpiente amarilla en el báculo de Asclepio, encarnado en aquel médico  alemán que inicia la cadena de salvación.
Luego se supo y fueron bautizados los 21000 justos entre las naciones del mundo.    
Salomón  pudo filmar y narrar su estadía en el infierno nazi, como Ulises pudo contar el sufrimiento y la lucha por  sobrevivir. Un legado de memoria y una derrota a la muerte que es  una  derrota al olvido. 


Sara Rus: dos veces Antígona:

En la tragedia Antígona, de Sófocles, ella desobedece a su tío a la vez regente en Tebas.
El había ordenado mediante un decreto, no dar sepultura al cadáver de Polinices, muerto a manos de su hermano en la séptima puerta de la ciudad. La desobediencia era la muerte.
Antígona, no obedece y arroja tierra sobre el cadáver insepulto de su hermano.
Creonte, decreta que ella debe morir, pero Antígona se ahorca en su tumba.
El agón o  conflicto trágico es la defensa de Antígona de la ley no escrita, aquella moral de los penates familiares, que se rebela en contra de la obediencia a la razón de estado o ley de los hombres impuesta injustamente por Creonte.
 Sara Rus, al luchar por la vida de su madre, desobedeciendo las órdenes del soldado alemán, es Antígona enfrentando a Creonte.
La paradoja, es que años después, en otro proscenio del horror, es otra vez Antígona en la Argentina al enfrentar al monstruo de tres cabezas y color verde oliva.
Esta razón de estado, (otra vez la ley de la ética  como razón de estado en contra de la  moral), hace desaparecer a su hijo. Ella y su marido, reclaman por el destino de su hijo, pero la hipocresía de Videla niega la tragedia de los desaparecidos.
Una semana antes del 9 de junio, viene a casa una amiga que hacía 35 años no veía. Ella estuvo presa (lo supe después de años) y su hermana mi gran amiga de los años 70, desaparecida. El equipo de antropología, identificó sus restos que pronto le serán entregados. Cuando nos vimos nos reconocimos al instante, no al “estás igual”. Ella vio mi cotidianeidad y en ella nos dimos un fraternal abrazo.
Nos sentimos parte de la sociedad de valores universales, parte de esa memoria de frío siberiano en el país, del temor a las culatas, del  curioso contraste de cachiporra y llanto de dragones camuflados con botas marrones y aliento a fango, bajo un cielo de pólvora y una pesada bruma que hundía la recta del horizonte. Pero el derecho a la libertad, traía la dignidad a la conciencia y en las narices, un perfume a revolución, como rara flor de jazmín y de sangre.      
 

A modo de conclusión

¿Porque todo no ha desaparecido aún?, se pregunta Baudrillard.
Cuando el jueves 9 de junio, en el ámbito de la secretaría de Derechos Humanos, escuché el relato de las tres personas que, de la oscuridad mas radical, lograron salir a la luz, escapar del genocidio, mi emoción inicial fue de piedad, luego y a medida que el verbo del relato se iba tatuando en mi piel sensible, mi alma iba siendo invadido por una singular aflicción, como de plomo fundido.
No se como fue el proceso, pero de repente, como si Poseidón con su tridente haya golpeado la fuente de mi conciencia, brotó un manantial de indignación, frente a tanto horror.
Allí pude ver como fantasmas,  los ojos poliédricos del reptil con escamas en forma de esvástica.
Luego,  posé la mirada en los nobles rostros, de aquellas bellas personas, con su cruz de sobrevivientes para contar para no olvidar, para regar las fuentes de la querida memoria.
Escapar de la muerte, de varias formas de morir, de hambre, de tristeza, de un balazo.
Y la poesía de la Odisea, como símbolo de la lucha por la supervivencia. Ulises pudo cegar al monstruo de un solo ojo y salir de la cueva del horror.
Cuando los otros cíclopes preguntan a Polifemo -¿Quién te hizo daño?, -nadie, contestó él.  Y los cíclopes lo creyeron loco. “Nadie” como forma de olvidar, nadie como la locura de alguien que cometió canibalismo con los compañeros de Ulises, fecundo en ardides. El olvido es una forma de locura y de muerte como lo es  el genocidio.
La memoria y el contar es elegir la vida,  el legado de la lucha por sobrevivir y la indignación frente a la injusticia mas atroz, memoria para que ese mal no vuelva a canibalizar a la humanidad.     
La diáspora de la tragedia y de la ética, que, en la heroína Sara Rus, ocurrió dos veces,   es también la diáspora de la esperanza por  aquellos 21000 justos entre naciones,  una marcha de corazones que deposita la  fe en la raza humana.
Ahí en esa reunión, con los testimonios de estos sobrevivientes del holocausto con su mensaje de justicia, esperanza y memoria,   encontré la respuesta de porqué todo no ha desaparecido y seguimos “eligiendo la vida”. 

Marcelo Ocampo

1 comentario:

Dochi Torres Oliver dijo...

Emulo del Dr Mengele, es Dr Aguinaga Ex Ministro de Salud, con la esterilizacion forzada de 300,000 mil mujeres en el Peru EN PLENO SIGLO 20

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