sábado, 22 de diciembre de 2012

Cordón umbilical “Wi-Fi”


“La biotecnociencia me conecta desde un cordón umbilical inalámbrico “Wi-Fi” con una placenta informática que late de manera binaria en una madre dadora de óvulos seleccionados y fecundados in Vitro por biochips espermáticos.
De este modo, aseguran  que yo, el feto binario, crezca libre de enfermedades y sea dócil,  domesticable y educable ¡¡¡error del sistema!!!,¡¡¡es Wifi-educable!!! (Aprobados por estándares a partir del  802.11.).

El método es simple y apenas invasivo: mediante imágenes 3D implantadas en mi retina por el retinoscopio (un dispositivo introducido desde un secuenciador de imágenes pixelizadas)  por el olvidado canal del parto, usado para fines científicos y   borrado del imaginario social por una maniobra corporativa de promoción y difusión de la cesárea, hoy, los nacientes asoman al mundo por la panza de mamá.    

“El  ombligo es el nido de la cigüeña”.

El acceso al método de inducción de  imagen en volumen, es a través de  un call center  conectado a un call sistyem, por el  cuál es posible adquirir este  paquete biotecnológico de avanzada que guarda mi cordón umbilical real o “tripa nutritiva”,  en un freezer  protegido por leyes y patentes al cual solo tienen acceso mis padres hermanos o los representantes legales para solicitar el uso de las mismas en caso de mi necesidad.
De esta manera, mi salud está asegurada por si tengo que someterme a un autotransplante por las contingencias de futuras enfermedades hematológicas, autoinmunes o síndromes raros.   
Estás células madre vienen con el circuito  que  ha sido inyectado en las células de mi cordón umbilical informatizado con conexión Wi-fi (biomicromódem y biochip citoplasmáticos).
El catálogo explica que este método ha revolucionado el lenguaje celular,  logrando una comunicación mas veloz y con capacidad de operar en el sistema programado de muerte celular o apoptosis, paso que conducía a la posibilidad de desarrollar células cancerígenas y enfermedades autoinmunes y que a mí  me resguarda de estas desagradables contingencias.
 Cuando esté en edad de comprender o sea a los 4 años gracias a la estimulación temprana de mi cerebro mediante las células de cordón umbilical Wi-fi, me explicarán estas cosas del catálogo.      

Mis padres firmaron un documento de conformidad contractual,  en la escribanía de la empresa Wi-Fi, en el cuál consta, en letra de tamaño normal el derecho a la libre elección y privacidad para adquirir el sistema y en  letra chica advierte sobre posibles problemas  éticos  como la inequidad, la injusticia y el individualismo egoísta.
Sin embargo, mi conciencia no puede comprender los conflictos éticos, porque han borrado de la zona del Córtex Premotor de mi cerebro, las neuronas espejo o “memes” que se activan por empatía con otras personas.

Solo puedo reconocer y me es dado sentir algún afecto por los integrantes de mi familia edípica, hasta que surja un conflicto de intereses; cuando esto ocurre,  automáticamente se activa un circuito de neuronas con un micro chip  que borran el recuerdo y el afecto por el familiar directo que entra en conflicto con mis intereses y su rostro pasa a la zona del olvido, que la empresa llama,  la tierra de las sombras.

 El contrato advierte acerca de un posible efecto colateral no deseado:
“Cuando una imagen desaparece, no por exterminio, sino por invisibilización o por hipervisualización, una parte de lo real desaparece del mundo y pueden quedar infinitesimales dosis de infiltración, como fantasmas de lo real, que ya no es real sin escenarios binarios”.
Cuando esto acontece, mi cuerpo y mi cordón umbilical Wi-Fi, son reducidos por defecto a una mínima secuencia 0.1 (cremación informática), filtrados por el sumidero Delete y enterrados en el cementerio común de los errores binarios.  

Marcelo Ocampo

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