sábado, 9 de abril de 2016

El caballo de Troya y Epona



El caballo de Troya, de pulimentada madera, como lo describe  el aedo Homero, estaba triste, había sido construido como una estrategia  para la guerra de Troya, entre griegos (aqueos) y troyanos (teucros). Sabía de dos reyes, uno de Micenas, Agamenón, otro de Esparta, Menelao. Conocía el  rapto de la bella Helena por Paris, príncipe troyano, hermano de Héctor conductor de hombres, rapto que lleva a la guerra por un juramento entre príncipes y reyes pretendientes de la bella Helena.      

El caballo de Troya,  que no dejó pisada en la IIíada , sí había trotado un canto de la Odisea, y había añorado un Quijote que lo cabalgara.
Pero nadie quiso cabalgar sobre su lomo de madera y entones se  preguntó:
¿Es Pólemos (la guerra y la batalla) el padre de todas las cosas como afirmaba Heráclito?

Vino a su memoria el verdadero origen de la guerra, el concurso de belleza entre diosas: Hera, Afrodita y Atenea. El jurado, un pastor, llamado Alejandro quien era en verdad, el príncipe Paris, hijo de los reyes de  Troya,  Príamo y Hécuba.
La más bella para el príncipe fue Afrodita, diosa del amor, quien le había prometido como esposa a Helena de Esparta, la más hermosa mujer sobre la tierra, similar a una diosa.
Paris, loco de amor, raptó a Helena y la llevó a su patria, Troya  y ambos, Paris y Helena, ahora de Troya,  vivieron esa locura de amor, sin importar la guerra de juramentos ni la violación al sacramento del juramento frente a las murallas de Ilión.

El caballo de Troya, razonó entonces que “Pólemos no es el padre de todas las cosas, que el  amar con locura es anterior a la guerra y a los juramentos”.

Bajo una noche serena de luna, el caballo de Troya, le pidió a su constructor, Epeo una compañera de madera y el deseo fue cumplido. Epeo construyó una compañera de madera para el caballo y Afrodita le insufló vida y la bautizaron Epona, en memoria de una  diosa celta.

El caballo de Troya y su amada Epona cabalgan noches serenas de luna y de pradera amando con locura, mientras en la pradera de Troya yace Pólemos, el que fue el padre de todas las cosas.  

Marcelo
9/4/2016    

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